El año no ha hecho más que empezar, y sin darnos cuenta ya hemos gastado casi un mes. Me encantaría poder decir que he pasado estos días fríos encerrada en casa, cocinando, editando, leyendo, estudiando, al calor de la calefacción. Al menos eso es lo que parece decir mi cuaderno de campo. Pero no es cierto. Tengo más trabajo que nunca y cuando estoy en el campo casi no puedo parar a hacer fotografías, y las pocas que hago son rápidas y como al descuido. Así que os traigo mi primer paseo del año por la ciudad, descubriendo una zona que hasta ahora no había visitado, algunos pedazos de mi vida cotidiana y un par de cielos invernales captados al vuelo. Mientras, en mi cabeza guardo montones de mañanas heladas y con niebla y las sombras alargadas de los árboles al atardecer.